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jueves, junio 15, 2006

Crónica taurina de Milagro


Ante nuestra petición, Milagro (Yolanda en los ambientes taurinos) ha accedido a que publiquemos esta crónica que está en la página www.eltoro.org donde ella colabora:


Cuarta corrida de toros de la feria del 75 Aniversario de Las Ventas

9 de junio de 2006

Al final, llegó la emoción y la vergüenza torera

Se lidiaron seis toros de Victorino Martín, de buena presentación aunque alguno flojo, astifinos, con impresionante trapío el quinto y sexto, complicados, con gran dosis de casta, de la mala, y muy peligrosos, excepto el sexto que presentó menos problemas. No se emplearon en el caballo y dieron muestras de mansedumbre. El cuarto saltó al callejón y el quinto lo intentó. Tarde de sobresaltos y sustos en la que no se mostraron pancartas ni protestas, ¿será porque había emoción en el ruedo?. Es curioso, en tarde lluviosa y entre truenos, saltó el riego de la plaza. Lo dicho, cuánto sobresalto.

Buen quite de Rafael González a Esplá y aplausos al picador Rafael da Silva por picar al quinto toro en su sitio, ¡el colmo!.

Presidió sin problemas Manuel Muñoz Infante en tarde de chubascos intermitentes. Lleno

Primer toro, Poderoso, con 535 kilos. Recibe dos puyazos traseros sin empujar; peligroso en la muleta, ligeras palmas en el arrastre.

Segundo toro, Cuco, de 591 kilos; recibe dos puyazos traseros, complicado tercio de banderillas, a la muleta llegó resabiado y con mucho peligro sin meter la cabeza en ningún momento. Pitos en el arrastre

Tercer toro, Misivo, de 555 kilos; recibe dos puyazos traseros; llegó zapatillero y sin entrega al último tercio; pitos en el arrastre.

Cuarto toro, Minador, con 573 kilos; flojo de manos, saltó al callejón. Pésimo tercio de varas de Ánderson Murillo que metió dos puyazos en los bajos.

Quinto toro, Verecundo, de 557 kilos; albaserrada puro de gran trapío, intentó saltar al callejón; bien picado por Rafael da Silva; ligeros aplausos en el arrastre.

Sexto toro, Bosanova, con 558 kilos; recibió un puyazo al relance y otro caído. El que presentó menos problemas y demostró más nobleza.

Luis Francisco Esplá, de tabaco y azul noche; estocada casi entera caída, atravesada y descabello (ligeras palmas). Estocada media, trasera necesitó dos descabellos; (saludos desde el tercio).

Luis Miguel Encabo, de azul cielo y oro; metisaca y bajonazo (silencio).Dos pinchazos sin soltar, estocada caída y descabello (aplausos)

Julián López El Juli, de marrón chocolate y oro; estocada trasera y baja (palmas). Estocada tendida y atravesada (saludos desde el tercio con protestas).

La feria del 75 Aniversario tuvo ayer su broche de oro, a la espera del festejo de rejones del día 10, con la corrida de Victorino Martín y la terna a la que le tocó lidiar a seis ejemplares, seis, que parecían sacados de los predios antiguos del ganadero de Galapagar. Toros peligrosos, que al más mínimo espacio de carne a la vista, tiraban gañafones; tobilleros, incómodos, quedándose cortos y reservones en cada pase, mansos. Con ejemplares así es como se mide de verdad la categoría del torero que se pone delante. Y les aseguro que se midió. Estos toros, alimañas en el argot, tienen su lidia, aún reconociendo las enormes dificultades que presentan. Por eso, ante todo, respeto y admiración por los tres matadores que, sin exagerar, se jugaron el tipo y demostraron tener vergüenza torera, cualidad escasa en estos tiempos. Bastante mérito fue el que salieran andando, incluso Esplá garbosamente, al término del festejo pues los sustos y el peligro permanente fueron los protagonistas de una tarde en la que todos, aficionados y aplaudidores venteños, vivieron la emoción de una verdadera corrida de toros y no esos soporíferos simulacros que hemos padecido cada día.

Con esos ejemplares en el ruedo hay que reconocer la torería añeja del veterano Esplá; el maestro dio toda una lección de pundonor a tanto jovenzuelo que sin ningún mérito ya se cree Cúchares. Fue protagonista junto con Encabo, en los tercios de banderillas, al que hizo un providencial quite en el quinto toro, tuvo gran mérito un par de poder a poder que dejó huella de valor y técnica. Además, estuvo presto en toda la lidia y aprovechó sus turnos de quites demostrando la casta de torero que tiene. Lo mejor de la tarde, los naturales a pies juntos y de frente al cuarto toro en tandas cortas aprovechando la breve embestida del animal. A pesar de no estar a la altura de otros tiempos, ¡qué falta nos hace en el ruedo!. Encabo nada pudo hacer con el segundo pues se revolvía con saña y no entraba en la muleta; en el quinto unos lances de recibo a la verónica y una media llenas de sabor; muy meritorio el tercio de banderillas y faena breve sin dominar con la muleta retrasada y a media altura derrochando valor y mérito ante el peligro del toro. Torero acostumbrado a lidiar este hierro supo con gallardía salir del apuro.

El Juli hizo el gesto; venir a Madrid después de su litigio con Victorino Martín y matar sus toros. No se porqué pero me parece que con lo de ayer se va bien despachado, seguro que no repite – ¿qué necesidad tengo de pasar este trago?- se estará preguntando hoy. Hay que reconocer que estuvo valiente y que gracias a su pundonor saldó la papeleta pero, la verdad es que no supo cómo lidiar a esos toros tobilleros y peligrosos; está tan acostumbrado a la “tonta del bote” que se vio desbordado, por lo que bastante tuvo. Su mejor actuación en el sexto, pero sin dominio y sin bajar la muleta con lo que el toro, a cada medio pase, se revolvía y buscaba al torero con saña. No obstante aguantó con valor los parones del toro, pero se vio desbordado por la casta del animal que fue el más toreable del encierro. Para ser figurón del toreo, hay que saber lidiar a estos toros; que cada uno saque sus conclusiones.

Lo dicho, una verdadera tarde de toros en la que apareció la emoción y el valor torero en el ruedo; ingredientes fundamentales para que la fiesta se mantenga en pie. Ahora surgirán gacetilleros escribiendo y diciendo que esos toros son imposibles, -tienen su lidia-, que Victorino ha fracasado en Madrid, que el toreo moderno necesita otros toros, -sí, carretones peludos-, que así es imposible triunfar, -que se lo digan a Ruiz Miguel, quien por cierto, ayer estaba en la plaza-, todo para justificar que las figuras no deben apuntarse a estas corridas. Pues entonces no son figuras, digo yo.

Ayer quedó claro, nadie se aburrió ni se perdió un momento de la lidia. Seguramente Esplá y Encabo, acostumbrados a estos encierros, saldrían pensando para sus adentros: que se enteren estas figuras “fenómenos” de lo que vale un peine.


Yolanda Fernández Fernández-Cuesta

1 Comments:

  • Lo dicho, par apuyazos los de la cronista. Pero, cuando la verdad asiste, no hay más remedio que agachar la cabeza y aguantar la tormenta.
    ¡Qué de vocabulario desconozco! Ya con más tranquilo, como dicen en Cuba, me dedicaré a indagar en el diccionario.
    Gracias por la crónica, MIlagro

    By Blogger caluad, at 9:31 p. m.  

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