Mi viaje

Me has convencido Miguel, no puedo dejar escapar la oportunidad de ganar el premio. Por otra parte, al fin y al cabo, yo te sigo en tus fotos, sé de Libia por el email y de vez en cuando me llegan noticias de Carmen.
Yo también he ido de viaje este verano, hoy. Primera, última y única excursión de las vacances.

Nos hemos acercado a un parque eólico, no porque lo buscaramos sino porque llegamos allí.
¡Qué pequeños somos ante esta obra de ingenieria!

A Weasley le daba miedo el ruido de los aerogeneradores. ¿qué diría Don Quijote si se encontrara en este páramo con estos gigantes? Su espada no serviría para atacarlos, pero ya se las ingeniaría.


Pero no todo el paisaje es tan inocuo como parece. Es un atropello contra los insectos y nada seguro en invierno. Estamos a 1,485 metros y sopla un viento repeludo. Supongo que la advertencia del hielo no es gratuita.


Había muchas florecillas de las que se encuentran en las praderas altas de Gredos. Me recordaron los viejos tiempos de montañera. Pueden volver, aunque ya nunca con la misma intensidad.


Y contradicciones de la era cibernética, terminamos en este dolmen megalítico. No está muy bien cuidado y por las respuestas de los habitantes de Bernui Salinero, no parecía que estuvieran interesados en que lo encontraramos. La respuesta fue bastante lacónica: "A seiscientos metros". Pero lo encontramos. Da un poco de respeto comparar el ruido solitario de las palas de los generadores y el silencio ancestral de este enterramiento.

Las comparaciones son odiosas. Éste no era un viaje a la China lejana ni a la verde Asturias.
Pero ha sido nuestro viaje.