Juan Ramón Jiménez nos vigila

Un nuevo curso, nuevos alumnos y nuevos-viejos profesores están de nuevo en los centros.
Nuestra misión según nuestra amiga Carmina de Burgos es desburrar alumnos, aunque creo que muchas veces fracasamos en el intento.

Aquí está Juan Ramón Jiménez (a propósito de burros), testigo mudo del paso de todos nosotros mientras nos desplazamos de un edificio a otro.

Hace dos cursos que lo dibujamos (con los alumnos de Plástica) para conmemorar el 50º aniversario de la concesión del Premio Nóbel de Literatura y ahí sigue, desapercibido para la mayoría, pero testigo de nuestro paso. Desde esa pared nos vigila y al ver pasar a tantos "burros" se acuerda de aquel otro llamado Platero que tantas satisfacciones le dio.

Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera,
que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los
espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos
de cristal negros.
Lo dejo suelto, y se va al prado, y acaricia tibiamente con su
hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y
gualdas... Lo llamo dulcemente: "¿ Platero ?", y viene a mí con un
trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo
ideal...

Un abrazo a todos.