de padres

Nos consideramos la especie mejor dotada para ofrecer a nuestras criaturas todo el soporte necesario para su crecimiento físico, psíquico y emocional. Y no lo hacemos mal a pesar de que no todo salga a pedir de boca.
Sin embargo no somos únicos en esa tarea. Hay más padres cerca de nosotros.
¿Veís este tocón con bola de granito encima?
Ha sido mucho más que un viejo tronco vacío que adorna nuestro porche.
Esta primavera ha sido el nido de unos pajaritos muy pequeños. Los descubrió nuestro perro.
No hacía más que acercarse, escuchar y empezar a arañar y roer el tronco. Al final levantamos la piedra y allí estaban los picos abiertos que emitían un sonido que no era perceptible para nosotros.
Weasley se ha pasado las tardes intentando saber que había dentro. Y un buen día, cuando llegamos ya no piaban. Nos dio un poco de miedo, pero cuando levantamos la bola, ya no estaban allí.
Los padres nos habían dado unos buenos conciertos desde el árbol de enfrente, incluso se metían en el porche en un vuelo rápido, intimidatorio. Suponemos que en cuanto nos marchábamos, aprovechaban para alimentar a las criaturas.

Nunca antes había mismo un nido más seguro. Lejos de las aves rapaces, del gato que merodea, del agua. Sólo les molestaba Weasley con sus intentos de entrar en el nido y nosotros con nuestro parloteo. Pero, afortunadamente, supieron echarse a volar.
¡Ojalá nuestras criaturas también aprendan a volar!

Abrazotes