Los años en una caja

Esta mañana en un acto de valentía que llevaba retrasando desde principios de mes, abrí un cajón, saqué una multitud colorida de mantones y mantoncillos de baile español, maillots y media de ballet clásico. Lo doblé todo cuidadosamente y lo metí en esta caja.
15 años de ballet en una caja. ¡Y me dio mucha pena! Porque es una separación de mis hijas casi irremediable.
Tengo bien aprendida la teoría y siempre he hecho alarde de que es necesario un alejamiento con los hijos universitarios. Pero recoger los retazos de la vida de adolescentes es demoledor.
Se me han escapado lagrimillas, toda esta parafernalia ha marcado muchas horas y ratos de los años de niñas y mocitas de mis hijas. Y ahora comprendo porque mi hija Adela lloraba como una Magdalena en el escenario cuando bailó en junio. Ya nada será igual.
Toca empezar otra etapa. Pues adelante!

Dedicado a todos aquellos que estén viviendo el corte del cordón umbilical.
Abrazotes